5/3/20


I
No me puedo dormir y decido bañarme, se me rompen los auriculares. Alguien come frutas extrañas en el baño y luego mi abuela me lleva al supermercado a comprar carne. Luego, voy a la casa de un artista a entregar un pedazo de esa carne, el artista tiene una cara como de caricatura, deforme, como si fuera de Tres Acordes. Vive en Recoleta y su casa es muy extravagante, lo que más me llama la atención es su living con relojes de distintas formas y colores que hacen ruidos raros. Como vivía cerca del cementerio, se quejaba de la mala suerte que este traía (superstición inventada en el sueño). La casa es muy extraña y las cosas están en lugares muy raros. También tiene las cosas en lugares poco convencionales: cuando fui a guardar la carne, la heladera estaba en un cajón del mueble en el que apoyaba la tele, era como un cajón-freezer. También veo unos bolígrafos con forma de escopeta que tiraban una tinta extraña, no usaba nada normal. También se quejaba de las bolsas de cualquier material, con argumentos insostenibles que no logré entender. 
  Jugamos con sus artefactos, no los recuerdo bien pero era mágicos, como que eran atraídos por el cuerpo. Usamos dos, de madera: uno que era una bolita y otro que eran dos palos unidos, como palitos chinos sin separarase pero más grandes, redondeados y brillantes, barnizados. Mientras él juega con eso, yo le digo que eso podría matar a alguien, juguetón, me lo tira a mí. Lo esquivo y, cuando vuelve como un boomerang, le da a él en el cuello y parece que fue un golpe horrible. Le había dejado un círculo rojo cerca de la nuez, pero las heridas, por alguna razón, se manifestaron en su frente, donde salían manchas rojas. Yo lo atiendo al instante y decido sanarlo, pero como todas las cosas para hacerlo estaban en lugares extraños me costaba bastante, hasta estaban en envases raros: una medicina estaba en un pote de mostaza y de témpera al mismo tiempo. Busco el hielo y está en una caja de tierra. Cuando le pongo el hielo, le duele un poco por la tierra que tenían. Al final logro curarlo y se recupera. Come frutas muy extrañas que había visto anteriormente en el sueño, y que supuse que eran así porque no tenían transgénicos. Eran como kiwis con puntas como las de las pelotas con pinchecitos y eran muy grandes, también otras parecían sorrentinos y fideos pero eran frutas, siempre las quise probar pero cada vez que lo intentaba algo me lo impedía. 
  Al final, el hombre se recupera y hace una reunión con cónsules europeos medievales, que detrás de su mesa real había una especie de croma. Estos cónsules eran hombres europeos vestidos como caballeros con algo amarillo, moviendo una bandera con algo amarillo, todo amarillo, como el Vaticano. Hablaban de que alguien se fue a Islandia a visitar a su prima (aclaración: los viajes ahí eran instantáneos, como teletransporte). Al final tienen que brindar y algunos países fueron al baño. Los países que se quedan con el artista no comieron y toman cerveza más barata, ya que el artista se llevaba mejor con otros países, como el Reino Unido, y a éstos no les quería dar.

II
Un grupo de alumnos en un recreo, una chica tca el piano y el profesor o padre hace todo para que le salga mal. La chica mata a todos los demás profesores y pide ravioles. Tiene una pele con uno acerca de si son mejores los ravioles frizerados, hablan de eso cuando lo está por matar.
  Luego, todos los alumnos se van de excursión y un profesor copado nuevo pregunta si ya tienen los ravioles, el chofer del micro dice que no sabe y le pregunta si no viene mucho por acá, denotando su ignorancia.

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